Son muchos los casos de contagios y brotes por ácaros y bacterias indeseadas en los hospitales y geriátricos de nuestro país como consecuencia de infecciones cruzadas o fallos en la cadena de higiene y desinfección de suelos y otros materiales hospitalarios. Este año 2018 nos hacemos eco de una noticia publicada en varios medios de comunicación digital donde nos dicen según fuentes de la Agencia de Salud Pública de Cataluña los brotes de sarna que se han sucedido en varios hospitales de la región. En concreto en el Hospital Moisés Broggi de Sant Joan Despí (Barcelona) con cuatro trabajadores afectados, 35 personas en el hospital de Sant Joan en Reus (Tarragona) y en total según la información aportada por el secretario de la Agencia Pública de Cataluña, se han dado siete brotes de sarna con 59 afectados en Cataluña. Aún son muchos más los casos de brotes por sarna contabilizados desde el 2010, son datos preocupantes, sobre todo viniendo mayoritariamente de residencias geriátricas.

La escabiosis o sarna es un ácaro microscópico que penetra en el interior de la piel produciendo picor y escozor depositando sus larvas y extendiéndose por todo el cuerpo. En las personas inmuno-deficientes y en los pacientes ancianos, la infestación, a menudo, se manifiesta como una dermatitis generalizada, distribuida más allá de los surcos, con descamación extensa y, a veces, vesículas y costras. Este tipo de infestación puede propagarse rápidamente por el contacto directo entre personas y sobre todo a través de la ropa de cama del hospital o incluso cuando pacientes o trabajadores sanitarios manipulan cualquier otro elemento susceptible de proliferación, como por ejemplo las cortinas para hospitales, ya que en algunos hospitales este tipo de cortinas no siempre tienen las características idóneas para eliminar o frenar cualquier bacteria u organismo microscópico. En este sentido hay que tener en cuenta que tanto la ropa de cama que ha de ser cambiada todos los días por una nueva, limpia y bien tratada por la lavandería, también es importante saber que las cortinas para separación de camas en hospitales se han de lavar periódicamente, aún si están confeccionadas con un tejido antibacteriano y anti ácaros.

Si en un hospital se detecta que una persona ha contraído escabiosis, lo primero que se ha de hacer se someterlo a un tratamiento con antibióticos, evitando que otras personas eviten el contacto con esa persona, lo normal es que se aísle en una habitación aparte y que toda su ropa personal, de cama y cortinas sean lavadas con detergentes y con agua caliente a 60º de temperatura, después hay que secar toda la ropa por calor.

En cualquier hospital, los profesionales médicos y enfermeros que atienden a posibles casos de sarna deben cumplir de forma estricta las precauciones estándar y los procedimientos de transmisión por contacto: lavado de manos, utilización de guantes y bata -no obligatoriamente estériles-, material clínico de uso exclusivo y tratamiento higiénico adecuado de vajilla, ropa y residuos. En el día a día de un hospital se considera que todo lo que gira entorno al paciente y debe mantenerse una estricta higiene para prevenir infecciones como base fundamental, sobre todo con los casos que hemos mencionado anteriormente, por ello los equipos de limpieza deben asegurarse de dejar todas las áreas limpias y secas para que no se desarrollen gérmenes que puedan provocar infecciones en los pacientes.

Las cortinas para hospitales son un elemento vertical que además de separar y mantener la privacidad entre pacientes han de constituir de alguna forma una barrera ante posibles contagios, ya que está siendo constantemente manipulada por muchas personas. Para ello estas cortinas han de ser ignífugas M1 y poseer en origen, antes de su confección un tratamiento antibacteriano contra mohos, hongos y todo tipo de bacterias y ácaros. Tienen que estar fabricadas con materiales que ofrezcan un grosor, peso y densidad mínima de entre 250 y 300 grs/m2. La calidad de una buena cortina de hospital se nota cuando tras numerosos ciclos de lavados, mantiene su aspecto original y sus propiedades antibacterianas. Actualmente uno de los tratamientos más eficaces que se conocen es la ionización de las fibras textiles de poliéster con plata en forma de nano-partículas. Las nano-partículas de plata (AgNPs) son las que tienen un mayor grado de comercialización en respuesta a muchos sectores, utilizándose en electrónica, ropa, pinturas, cosméticos, bactericidas, biofungicidas, aplicaciones biomédicas, en la industria médico-farmacéutica e incluso en la alimentaria, siendo el tamaño de estas nano-partículas de 100 nanómetros (equivalente a alrededor de un millar de átomos. Este tamaño es extremadamente pequeño, o 100 nanómetros 0,1 micras.

Podemos concluir que la plata tiene una cualidad antibacteriana que se ve potenciada a nivel de nano-escala, proporcionando a cualquier tejido la capacidad de neutralizar muchos tipos de virus y bacterias dañinas que anidan en reservorios tales como superficies blandas, tales como sábanas, almohadas, cortinas, etc… La principal forma que se tiene de convertir un tejido en antibacteriano es realizando una carga positiva en una disolución de nano-partículas de plata con carga negativa, haciendo que estas partículas se adhieran al tejido de forma permanente, gracias al método argonometálico al que están sometidos estos tejidos, proporcionando unas cualidades extraordinarias en cuanto a las aplicaciones biomédicas, bactericidas, fungicida, antiviral o cicatrizante. Un ejemplo eficaz en tejidos antibacterianos lo tenemos con las cortinas para hospitales Curtatex que poseen un gran potencial biocida.