Cuando hablamos de la privacidad de los pacientes no solo nos referimos al derecho a su intimidad física, sino también al derecho a recibir información detallada asistencial, sobre su salud, el poder tener acceso a su historial clínico, derecho a reclamar y a sugerir. En su conjunto desde que un paciente ingresa en un hospital ha de compartir habitación con otro paciente, al mismo tiempo las visitas de uno y otro lado hacen que la privacidad en ocasiones se vea alterada a menos que se compartimente las camas mediante cortinas hospitalarias. Son muchos los momentos en que se usan estas cortinas, cuando el paciente recibe la atención de los auxiliares de enfermería para hacer curas o el suministro de algún medicamento vía intravenosa o muscular. Otro momento en que el paciente necesita intimidad es cuando por falta de movilidad ha de ser aseado en la propia cama, entonces es preciso correr las cortinas. Al margen de la intimidad y la privacidad física de los pacientes, existen otros motivos por los cuales el paciente tiene derecho a preservar su imagen y datos personales.

Muchas veces hemos visto noticias en televisión o incluso publicaciones en las redes sociales con imágenes de pasillos de hospitales saturados en épocas donde la gripe hace estragos. Dentro de las normas hospitalarias está el salvaguardar la intimidad de los pacientes, bajo el ampara de la Ley de Protección de Datos, cualquier fotografía o video tomado en hospitales y sobre todo en habitaciones de pacientes está sujeto a sanciones importantes. En este sentido y como consecuencia de los problemas que tienen los médicos y auxiliares de enfermería para atender picos de ingresos se han sucedido reclamaciones y protestas por parte de algunos trabajadores sanitarios y hacen público con imágenes la situación de colapso que sufren algunos de esos hospitales.

Los propios trabajadores sanitarios tienen que seguir un ideario deontológico conforme a su profesión médica, ya que han de hacer un juramento expreso sobre cualquier dato que conozcan sobre la vida de los pacientes, siendo estos datos sensibles y debiendo quedar salvaguardados. La protección de los datos de un paciente ha de seguir unas pautas de comportamiento, incluso el propio acceso al historial clínico completo del paciente tiene que ser justificado por causas necesarias. ¿Cómo se han de proteger los datos de un paciente?.

Todos los facultativos médicos han de saber que cualquier acceso a datos de pacientes queda registrado y grabado en todas aquellas pantallas o apartados a los que se ha accedido, siendo auditados posteriormente por el personal encargado de controlar la información general del hospital. En el tratamiento de los datos de un paciente si están sobre papel y han de ser destruidos, nunca hay que tirarlos a la papelera, se han de pasar por el destructor de documentos.

Con la llegada del nuevo Reglamento sobre Protección de Datos a nivel europeo, se ha hecho hincapié con cierta preocupación en el sector sanitario especialmente por lo sensible de sus datos. Entre las medidas a seguir por los médicos y auxiliares se les recomienda de manera encarecida que cuando abandonen su puesto cierren la sesión y no faciliten sus claves a nadie.

Otras recomendaciones como la de no facilitar información a terceros y evitar el envío de correos electrónicos con información de pacientes son algunas de las normas básicas que han de seguir los profesionales de la sanidad. En cualquier caso y pese a la complejidad que conlleva la gestión de datos digitales en el sector sanitario, cuando un paciente ingresa en un hospital se ha de fomentar la utilización individual de habitaciones para el enfermo y acompañantes. En el supuesto de disponer de habitaciones de uso compartido, deben implantarse mecanismos que promuevan la privacidad, como por ejemplo la restricción de visitas, el uso de cortinas separadoras, biombos y demás acciones que eviten la exposición visual innecesaria del paciente, siendo también un beneficio para el mismo en cuanto a tranquilidad y descanso.