En los últimos informes encontrados en muchos canales dedicados a informar sobre sanidad nos encontramos con los datos de las infraestructuras hospitalarias en Bolivia y consecuentemente la atención y los servicios a su ciudadanía, una realidad que dista mucho de algunos países vecinos. La falta de inversiones no es solo en la ampliación de hospitales, sino también en la mejora interna de los que ya existen, sobre todo en recursos como son los materiales no fungibles (camas, colchones, cortinas hospitalarias, etc…) y en dotación de recursos humanos especializado.

Bolivia se encuentra entre los países de Latinoamérica a nivel de sanidad en los niveles más bajos del ranking sanitario mundial publicado en la revista científica «The Lancet». Los datos arrojados en cuanto al acceso a la salud trazaron un índice de calidad en 195 países con datos entre 1990 y 2015. Entre los que obtienen una puntuación más baja, sobre 100, en la región se encuentran, por orden ascendente, Haití (38 puntos), Honduras (54), Guatemala (56) y Bolivia (59), siendo las áreas de neonatales, enfermedades de riñón e infecciones espiratorias.

La evolución demográfica en Bolivia ha ido presentando poco a poco en su indicadores avances en la reducción de la mortalidad infantil, eso sí aún se sitúan en niveles muy elevados, a pesar de la reducción de 50 fallecidos por mil nacidos vivos en 2008 para pasar a 24 por mil en 2016. Su esperanza de vida al nacer en 2016 es de 71,69 años para las mujeres y de 66,7 años para los hombres.

Por otra parte hay que destacar que el Instituto Nacional de Estadística (INE) de Bolivia reveló que pese al déficit que hoy se lamenta entre infraestructuras hospitalarias y servicios con respecto a la población, la cobertura hospitalaria en Bolivia aumentó en los últimos años. En efecto, según datos del INE, entre 2008 y 2017 en Bolivia se edificaron siete nuevos hospitales de tercer nivel, pasando de 34 a 41; la mayoría están en Cochabamba: 14, hay siete en La Paz y seis en Santa Cruz. Aunque lo más acuciante sigue siendo la falta de médicos y enfermeros.

Aún queda mucho camino que recorrer para conseguir unos servicios aceptables y accesibles a toda la población, los hospitales de cuarto nivel son la siguiente apuesta que se tenía previsto para trabajar como institutos especializados y centros de investigación encargados de atender los casos más complejos en cuestión de salud. Pero según las fuentes cercanas a instituciones y otros medios sociales de Bolivia, la situación que se da en los hospitales de primer y segundo nivel muestran aún muchas carencias.

Con la llegada del 2019 en Marzo entró el nuevo sistema de sanidad gratuita SUS en Bolivia, un servicio que se pone al alcance de cinco millones de bolivianos de entre 5 y 59 años que carecían de cobertura gratuita.

Con este nuevo sistema de salud gratuita universal, todos los bolivianos tendrán los mismos derechos sin exclusión, al contrario que tiempo atrás donde solo se beneficiaban los funcionarios y empleados del sector privado con un seguro privado. Al mismo tiempo también existía una cobertura en atención primaria para los trabajadores, madres gestantes y jubilados. Desde ahora cualquier persona sin distinción tendrá un servicio universal de sanidad a su alcance, aunque no exento de dificultades y en donde se apela desde las autoridades a la colaboración de todos para ir perfeccionando las carencias defectos que puedan aparecer en el camino.