En todo proyecto de construcción de cualquier hospital se tiene en cuenta unas expectativas de servicio en función de los metros cuadrados y en la distribución funcional de cada departamento. En ese reparto de espacios se evita en la medida de lo posible la utilización de tabiques fijos, dejando a la versatilidad y flexibilidad un papel más activo dado que los cambios y sobre todo la demanda hospitalaria es cada vez mayor. Esta forma de adaptación de los espacios diáfanos se ve reflejada en la sectorización que se hace mediante la instalación de rieles, por donde discurren cortinas divisorias antibacterianas.

Este tipo de sistema de rieles se ha adoptado en muchos hospitales aumentando las posibilidades en cuanto a adaptación de espacios, ya que en determinadas circunstancias se requiere de una privacidad y de una organización más compleja. Un ejemplo estacional en donde ponemos el foco es la que tiene que ver con la gripe cuando llega el invierno. La gripe y la falta de espacio desbordan los servicios de urgencias de muchos hospitales, siendo insuficiente para atender adecuadamente a los pacientes, en especial a los mayores que sufren de complicaciones cardio-pulmonares. No es de extrañar que se contabilicen numerosas quejas por la falta de espacio ante un pico de gripe y es que las enfermedades y epidemias van siempre por delante de los recursos o al menos en momentos circunstanciales extremos y excepcionales.

Cuando sucede este tipo de hechos los hospitales toman decisiones que hacen reducir la falta de intimidad entre los pacientes, ya que en muchas ocasiones por falta de camas, se ven obligados a organizar espacios temporales con camas auxiliares en salas anexas a urgencias. La metodología en cuanto al reparto del espacio es muy sencilla, utilizando para ello los mismos rieles que soportan las cortinas hospitalarias, o sea, las mismas que separan las camas en las habitaciones de los pacientes en planta.

Pero para que los clientes o demandantes de cortinas para hospitales entienda de la importancia de los rieles, hemos de decirles que este tipo de sistema tiene que cumplir unos requisitos en cuanto a calidad, ya que es fácil y entendible el funcionamiento de un riel recto en la división de camas, pero cuando hablamos de sistemas más complejos, entonces los accesorios y uniones han de complementar perfectamente un diseño integral que ofrezca un deslizamiento silencioso y sin atascos.

Por otra parte decir a nuestros lectores que uno de los parámetros que constituyen la calidad final de los rieles para estas cortinas son la medición del lacado y su capacidad de adhesión al aluminio. En este sentido se tiene en cuenta el «ASPECTO», un parámetro donde se analiza que el riel cumpla con unas exigencias en cuanto a superficie significativa. Estas exigencias consisten en un estudio pormenorizado sobre el recubrimiento orgánico, donde se exigen la no aparición de rasguños que puedan llegar al metal. Este análisis se hace bajo un ángulo oblicuo de 60º aproximadamente, siendo fundamental el que no aparezcan defectos visibles a una distancia de 3 metros, defectos como una rugosidad excesiva, líneas de colores, burbujas, inclusiones, cráteres, hinchazones, manchas, rasguños u otros defectos eventuales.

Otros aspectos a tener en cuenta en la medición de la calidad de los rieles utilizados en la instalación de las cortinas para hospitales, es el brillo, el espesor del recubrimiento o de la laca, su adherencia, resistencia del lacado cuando el riel tiene que ser manipulado mediante un corte o taladro.

Podemos concluir que un buen sistema de rieles requiere de un buen ajuste cuando se trata de montar un circuito complejo, dado que su diseño requerirá de accesorios que acoplen con precisión los diferentes ángulos y acaben las uniones perfectamente unidas.