En muchos de nuestros artículos que publicamos en nuestro blog podrán ir observando que vamos introduciendo datos de interés sanitario. Hoy nos centramos en las unidades de urgencias en hospitales (UUH), el primer lugar donde acuden los accidentados y personas que contraen graves enfermedades, aparentemente puede parecer en ocasiones un caos pero si está bien organizado y su equipo médico está bien coordinado llega a ser una unidad que realmente salvan muchas vidas. Por otro lado analizamos las consecuencias que tiene el acudir a urgencias por pequeñas dolencias, saturando así dichos servicios y retrasando la atención a quien realmente le hace falta. Otro tema a tratar en este artículo es el equipamiento y los medios técnicos con que cuentan las (UUH), entre las que se encuentran aquellos materiales que entran en contacto directo con los pacientes, como son la ropa de camas utilizadas en las camillas de urgencias o las cortinas antibacterianas, cuestionadas en algunos centros sanitarios por haberse encontrado bacterias en sus tejidos.

Cómo se organizan las urgencias en los hospitales

La existencia de un sistema de triaje estructurado en los hospitales es considerado como el “abc” del buen funcionamiento de todo servicio de urgencias, además de servir como índice y referencia de la calidad resultante de la relación riesgo y eficiencia. Un triaje es el equivalente a organizar, clasificar y separar, es un vocablo que viene del francés «trier». Para organizarse y separar las urgencias de las que no lo son tanto se establecen una serie de códigos:

  • Nivel I (código rojo, urgencia vital): prioridad absoluta con atención inmediata y sin demora. Estos pacientes no necesitan triaje informático y su acceso es inmediato.
  • Nivel II (código naranja, emergencia): situaciones muy urgentes de riesgo vital, inestabilidad o dolor muy intenso. Demora de asistencia médica hasta 15 minutos.
  • Nivel III (código amarillo, urgencia): procesos agudos, no críticos y estables hemodinámicamente con potencial riesgo vital que probablemente exige pruebas diagnósticas y/o terapéuticas. Demora máxima de 60 minutos.
  • Nivel IV (código verde, semiurgente): urgencia menor, potencialmente sin riesgo vital para el paciente. Son procesos banales y pueden requerir asistencia médica, en su mayoría, en un Centro de Salud de Atención Primaria. Demora máxima de 120 minutos.
  • Nivel V (código azul, no urgencia). Poca complejidad en patología o cuestiones administrativas, citaciones, etc. Son procesos banales y que no precisan atención en SUH. Demora de hasta 240 minutos

Consecuencias del abuso en la utilización de las urgencias hospitalarias

Es llamativo y a veces hasta surrealista encontrarse el caso típico de quien acude por su propio pie a una (UUH) y al llegar a la ventanilla, le preguntan, -¿qué le ocurre?-, el usuario que aún no es paciente responde, -vengo a urgencias para que me vean un bulto en la pierna que lo tengo desde hace 3 meses-, o -me duele mucho la cabeza-, o señoras bien acicaladas como si se tratase de una boda y entre carcajadas se ríen y ríen de un chiste que se cuentan entre ellas… En fin anécdotas hay muchas y situaciones algo bizarras se encuentran todos los días en las urgencias de los hospitales. En cualquier caso es importante tener claro que los médicos que trabajan en urgencias tienen que tener un poco de psicología y no incomodar a los usuarios con preguntas incómodas o impertinentes. El trato a los pacientes ha de ser correcto y amable, manteniendo en todo momento una actitud positiva, pero informando a los pacientes de que determinadas dolencias han de ser tratadas desde los centros de salud.

Las consecuencias inmediatas de una saturación de las urgencias en hospitales son las de pacientes que se agravan e incluso llegan a morir por no habérseles atendido a tiempo. Para solucionar estos problemas se precisa de más espacio y más profesionales atendiendo a los pacientes (una cosa sin la otra, suele ser un problema, aunque curiosamente a veces ocurre). El problema del espacio genera pacientes en los pasillos, y el problema de la falta de profesionales acaba generando horas de espera y por consiguiente un mayor riesgo para la salud de los pacientes más graves.

Otra cuestión un tanto subjetiva es saber cuándo una supuesta dolencia es susceptible de ser tratada rápidamente en urgencias o no. Una buena estrategia sería fomentar la educación del paciente pues resulta clave para que, en caso de patologías leves se acuda menos a urgencias y más al médico de cabecera en atención primaria, aunque a veces hay excepciones.

Equipamiento básico en las urgencias de hospitales libre de bacterias

Cuando llegamos a cualquier urgencia de un hospital, lo primero que nos encontramos es una ventanilla o mostrador donde nos atiende el personal administrativo que nos toma nota de lo que nos pasa. Seguidamente nos dicen que pasemos a la sala de espera si la dolencia no es muy grave. Si por el contrario sufrimos algún traumatismo importante entonces nos pasarán directamente a la zona de quirófanos en urgencias, que normalmente se habilita con los mismos equipos que suelen tener el resto de salas de operaciones del mismo hospital. Es importante señalar que en la actualidad todos los hospitales en España cubren perfectamente las necesidades tecnológicas médicas con creces, aunque hay que tener especial cuidado en aquellos materiales desechables e insumos que por su naturaleza pueden causar algún problema de contagio entre pacientes y personal médico. Nos referimos en estos casos a las cortinas de hospital, las mismas que podemos encontrarnos en los boxes de urgencias y que en alguna ocasión han sido cuestionadas dándose casos preocupantes en los que se han encontrado restos de bacterias por no cumplir con las normativas de seguridad sanitaria.

Cortina antibacteriana ignífuga M1/C1 Curtatex probada en laboratorios Aitex

Una solución cada vez más demandada es la de comprar cortinas antibacterianas que estén basadas en un pretratamiento en su hilatura de base antes de la propia fabricación del tejido final con que se confeccionan dichas cortinas. Este tratamiento previo se basa en la ionización con moléculas de plata que impregnan la hilatura y quedan permanentemente adheridas a ésta consiguiendo un efecto subversivo sobre cualquier microorganismo. Las cortinas Curtatex cuentan con un amplio reconocimiento internacional, habiendo sido objeto de uso en muchos países, tales como (Francia, Austria, Marruecos, Guinea Ecuatorial, Senegal, México, Nicaragua, Chile, y Venezuela entre otros).