La ley General de Salud de la República Dominicana, nº 42-01, en su artículo 28 establece los derechos que asisten a todos los pacientes sin condicionante alguno. En su primer artículo se encabeza un alegato a la dignidad humana y a su intimidad privada sin que sea menoscabo por razón de raza, edad, religión, condición social, política, sexo, estado civil o legal, etc… En su segundo artículo no menos importante se hace saber la universalidad de la atención por los servicios de emergencias para todas las personas. Con esta base se fundamenta y se construye un reglamento que establece unos preceptos bien definidos para proteger la imagen y salud de los pacientes. Pero además de la confidencialidad de los datos, ¿qué situaciones o factores vulneran la intimidad de los pacientes?.

Cuando nos referimos a la intimidad estamos apelando al estado interior de una persona, pero también a la intimidad corporal. Con esta premisa hay que entender que no siempre es fácil lidiar con el respeto al 100% sobre esa intimidad, pues en el caso del personal de enfermería y médicos de un hospital han de tener acceso a cierta información para registrar en la historia clínica.

Con el fin de poder cuidar de la persona con decoro y respeto, las habitaciones se dividen en dos, separadas por cortinas especiales que están dotadas por cualidades antibacterianas y que son las que preservan la intimidad del paciente mientras es atendido por las enfermeras. Muchas de estas cortinas nos las podemos encontrar en dos formatos, uno con una confección que incluye una malla superior y la segunda sin la malla. En cuanto a su instalación, pueden ser fijadas directamente al techo o bien pueden ser sustentadas por unas varillas. Tanto si van con malla con si van con varillas, la idea es que mantengan un espacio superior abierto para una mejor aireación de la habitación. Otra de las funciones de estas cortinas es la de personalizar un espacio diáfano, como son las urgencias,

Pero dentro del respeto a la intimidad del paciente, las enfermeras han de pedir siempre permiso a los pacientes y correr la cortina para desnudar, tocar y explorar…

La cortina de hospital Curtatex es ya un referente en los principales países latinoamericanos debido principalmente a su eficacia antibacteriana y por aportar esa privacidad tan necesaria.

La compartimentación es una función de estas cortinas en las unidades polivalentes en muchos hospitales de Santo Domingo, ayudan a organizar las distintas áreas que en ocasiones han de variar en cuanto a su configuración. La falta de espacio con el paso del tiempo se hace patente en muchos hospitales y por ello se recurre a la sectorización con cortinas hospitalarias. Un ejemplo de ello lo encontramos en las zonas donde se suministran los tratamientos de día y al mismo tiempo siendo una zona de recuperación y/o observación posterior a dichos tratamientos. En estas áreas se recomienda la utilización de sillones individuales y camillas para una atención adecuada a los pacientes, además del uso de este tipo de cortinas que mantengan cierta privacidad para pacientes y familiares.